Mirian: El cuento describe el cortejo del personaje a Irene, una pianista de quien sus manos parecen tener continuación con el piano. El joven pretendiente describe el misterio de como los objetos lo reciben en la casa de Irene, a lo cual acota que es un misterio interesante y que le produce placer, al cual lo llama misterio blanco y lo define por oposición al misterio de tipo de terror. Se relatan varias escenas de sus visitas del cortejo donde existen vicisitudes de parte de Irene ante sus intentos de acercamiento físico, tales como tomarla de las manos. Las sillas de la casa cobran particular relevancia porque a veces lo aceptan y otras lo rechazan, tal vez proyectando las dudas de Irene sobre el inicio de la relación. Poco a poco, el romance progresa y a su vez el misterio desaparece, como dice el autor. A lo cual se puede aducir que el proceso de enamoramiento ha culminado en una relación más estable.
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